miércoles, 3 de julio de 2013

Día VIII


Modelo: Charly
Entrada en protectora: 2012
Día VIII.
Hora de entrada: --  Hora de Salida: --
Dogsville y un tío suertudo.
Otro día de nuevo sin poder ir a la protectora... Otro día "colgado" en casa mirando la web de la protectora pensando en Cucala, en Rex, en Linda, en Kiko, en Homer, en Ra y, como no, en Anuk y en Charly. ¿Creerán que les abandonado? ¿Se acordarán de mi cuando vuelva? ¿Continuaré siendo uno más de la manada? 
Nunca pensé que tuviera tantas ganas de verlos. Sé que en la protectora los cuidan bien. Lo sé. Sé que no puedo ir porque hace nada, hace dos jueves, me operaron del cuello y no puedo hacer ejercicio en un tiempo. Aún así, me rebienta por dentro. - Podría ir a verlos. Me digo. 
Pero si no los paseo, es un gesto bastante inútil. Necesitan pasear y correr. Los mimos y el cuidado están bien, pero lo importante es el paseo.
Dogsville, mi proyecto, no solo tratar de ayudar a perros a encontrar una familia. Eso es lo prioritario sí. Sin embargo, Dogsville, busca también reflejar una conexión. Ese vínculo que el perro establece con el hombre, guiado por el instinto de generaciones y generaciones de perros que decidieron, antes que él ya hace muchísimos años, estar cerca de esa especie animal a la que denominamos ser humano. Una simbiosis perfecta, basada en la ayuda mutua, la confianza, el respeto y el tiempo; y que se refleja en los ojos de cualquier perro. Tenga o dueño o no. "La mirada de tu perro es el mejor reflejo donde podrás comprobar la grandeza de tu alma." Cuando leí está frase atribuida a Mahadma Ghandi se me ocurrió enfrascarme en esta aventura. No obstante, no voy a continuar hablando del proyecto, como dije en el primer post, poco a poco, Dogsville se perfilará y explicará por si solo. Tiene muchas caras para descubrirlas todas en un único post. 
Además prometí que haría un post explicando el motivo de mi ausencia y el porque he tenido descuidado estos últimos días el fotoblog. 
Lo prometido es deuda aunque seré breve. Sabéis que no me gusta enrollarme y, además, me gustaría hablar de Charly, auténtico protagonista de este post. 

El motivo: 
Hace ya un año me detectaron un tumor en el cuello, cáncer de tiroides, tenía 25 años... 
Siempre he pensado que he sido un tío con suerte, y cuando me dijeron que tenía cáncer, no cambié de opinión al respecto. El tumor era grande sí, y podía matarme también, pero se había quedado en el cuello. No había afectado otros órganos, lo cual, fue una suerte increíble ya que lo tuve dentro de mi durante cinco años. Algún día aclararé esto. Hoy no. 
El caso es que por muy enorme y mortal que fuese el tumor, del tamaño de una pelota de tenis lo creáis o no, mi "colegui" no era agresivo. O al menos no mucho. Suerte. No había habido metástasis. Suerte. Y no me había impedido ni molestado hasta la fecha. Suerte. Un tío suertudo lo que os digo. 
Luego, cierto es que ha habido quimio, muchas visitas al hospital, pinchacitos a destajo y, otras tantas pruebas médicas tan engorrosas como a veces dolorosas. También he sufrido dos intervenciones que no eran fáciles de realizar y entrañaban su riesgo. En la primera, no pudieron sacarlo todo y, después de la operación, el cirujano lo que me comentó fue que si por él dependiera, y si no fuera porque era joven, es decir si tuviera ochenta y seis tacos por ejemplo, me encajaría la mano y me mandaría para casa porqué nada se podía hacer. A pesar de eso, no deje de pensar que tenía suerte, aunque no sabría explicar muy bien porqué. Cuestión de empecinamiento. 
El tiempo aclaró que el desalmado ese se equivocaba. Y que la suerte estaba de mi parte. No le guardo rencor alguno tampoco. Me abrió los ojos. Cuando de pronto existe la posibilidad real de que la palmes, decides tomarte las cosas mucho más relajadas y; hacer, solo y exclusivamente, lo que se antoje. Lo que te venga en gana de verdad. Ya no importa ni el que dirán, ni el futuro, ni los miedos, ni nada. Solo importa el presente. Vivirlo y gozarlo. Y yo lo que quería era ayudar a estos perros a través de mi vocación: la fotografía. 

No quisiera acabar este post sin hablaros de Charly, el modelo de la foto, un perro excelente. Un perro bueno, cariñoso y noble que fue adoptado, como pasará con Sleepy, pero que al crecer ya no molaba y fue devuelto...  Espero que a Sleepy no le pase esto.
Charly tiene un carácter magnífico, es un buenazo y es obediente. Respondía a mi llamada al segundo día de pasearlo. Nunca se pelea, ni marca a los demás perros a pesar de su tamaño. 
Es confiado, te olfatea y se lleva bien contigo en seguida. También es juguetón y le gusta que le mimen pero no te agobia saltándote encima para darte lametones, ni se pone histérico al verte. 
Charly no se arrastra a tus pies, tiene dignidad y le gusta tener su espacio. Imagino que cuando lo da todo por una familia y esta te abandona: uno aprende. 
Es el perro que cualquier persona o familia quisiera tener. Grandote, buenazo, leal, obediente y pacífico. Es un diez y se merece un dueño a su altura.
Saludetes a todos los fans de los perros y me despido de vosotros hasta el siguiente post,
El autor.




No hay comentarios:

Publicar un comentario